¿Le suena descabellado que un mensaje en Facebook
pueda motivar a votar a miles de personas que de otra manera no lo
hubieran hecho? Pues ya está comprobado de que sí es posible.
Científicamente comprobado.
El experimento fue realizado por investigadores de la Universidad de San Diego (California) el 2 de noviembre de 2010. No conocemos el resultado hasta ahora, porque es cuando acaban de publicar un artículo en la revista Nature explicando qué hicieron.
El
2 de noviembre del 2010 hubo elecciones legislativas (y algunas
estatales) en Estados Unidos y 60 millones de ciudadanos de ese país con
edad de votar entraron a Facebook.
Los
científicos les mostraron un anuncio, un mensaje motivándolos a votar,
aunque sin promover ningún partido. El anuncio incluía también el link a
los colegios electorales de la zona donde vivía la persona, un botón de
“ya voté” para ser marcado cuando correspondía y un contador que
mostraba cuántos usuarios de Facebook ya habían cumplido con su deber
cívico. Finalmente, el anuncio también incluyó seis fotos de amigos que
ya habían votado.
Cerca de 600.000 personas
escogidas al azar, el 1% de todos los participantes en el estudio,
vieron un anuncio modificado, idéntico en todo al del resto, excepto por
las fotos de los amigos. Otros 600.000 sirvieron como grupo de control y
no vieron el anuncio del todo.
Los científicos
lo que hicieron fue comprar el comportamiento de quienes recibieron el
mensaje con las fotos (un mensaje que los científicos califican de
“social”), de los que recibieron el mensaje sin las fotos y de los que
no recibieron ningún mensaje.
Los usuarios que
recibieron el mensaje social, con las fotos, mostraron una tendencia
mayor que los otros dos grupos a buscar un lugar de votación y darle
clic al botón de “ya voté”. Como no todo el que dice que vota ha
realmente votado, los científicos revisaron estudios anteriores y
concluyeron que cerca del 4% de quienes dicen haberlo hecho realmente no
lo hicieron.
Quienes vieron el mensaje social
registraron un nivel de voto más alto. Los usuarios que vieron el
mensaje sin fotos de amigos votaron en el mismo porcentaje que quienes
no vieron ningún mensaje del todo.
“La
influencia social hizo toda la diferencia en la movilización política.
No fue el botón de “yo voté” lo que produce el voto, son las personas
relacionadas con él”, dijo el investigador James Fowler.
En
total, el haber visto el mensaje social habría generado 60.000 votos,
pero el efecto de “contagio social” entre amigos habría sumano otros
280.000 más. Es decir, un votante directamente movilizado implicó en
realidad cuatro votos adicionales. Estos números se obtuvieron
comparando entre los amigos de aquellos que vieron el mensaje social y
los amigos de quienes no vieron un mensaje. Los amigos de quienes
recibieron el mensaje social, sin importar si ellos mismos fueron
receptores también, estuvieron más inclinados a votar.
Los
investigadores también concluyeron que el mensaje afectó a personas con
dos grados de separación: los amigos de los amigos de los amigos de
quienes recibieron mensajes sociales tuvieron más inclinación a pulsar
el botón “Yo voté”.
“Si usted solo ve a las
personas que son su objetivo se pierde la historia completa. Los
comportamientos cambiaron no solo porque las personas fueron afectadas
directamente, sino también porque sus amigos y los amigos de sus amigos
fueron afectados”, añadió Fowler.
La mayoría
del aumento en el voto ha sido atribuido no a la influencia de todos los
amigos, sino a los amigos cercanos, personas con las cuales se tiene
una relación estrecha fuera del mundo virtual. Los científicos lo saben
porque a algunos de los participantes les preguntaron sobre quiénes eran
esos amigos cercanos. Con esa respuesta, los científicos fueron
capaces incluso de predecir quiénes eran los amigos cercanos de otras
personas en la vida real y fueron ellos los que marcaron la diferencia
entre ir a votar o no.
Los investigadores no
encontraron diferencias según el espectro político de los participantes y
la investigación ahora continúa pues quieren saber qué tipo de mensajes
funcionan mejor para incrementar la participación en los procesos
electorales y qué tipo de personas influyen más en el proceso.
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